Desde el siglo XIX que la madre del i duque, María Isabel Manuel de Villena y Álvarez de las Asturias, buscaba rehabilitar el antiguo ducado de Arévalo para su primogénito Arturo, alegando que en el siglo XV dicha villa había sido un feudo de los Manuel de Villena. Estos intentos encontraron la oposición del alcalde de Arévalo, que sostuvo que en dicho siglo el territorio ya era de realengo, y del duque de Abrantes, jefe de la casa de Zúñiga y por tanto emparentado con los antiguos duques de la villa.
Sin embargo, el monarca Alfonso XIII no atendió las quejas y el 18 de mayo de 1903 hizo un real despacho nombrando a Arturo de Pardo i duque de Arévalo del Rey, título asignado para diferenciarlo del viejo título de duque de Arévalo.
Casó con Juan Pablo de Lojendio e Irure, embajador de España en varios países de Europa y América. El 10 de febrero de 2006 le sucedió su hijo primogénito (disposición aparecida en el Boletín Oficial Español el viernes 3 de marzo):[6]
↑Arturo, como mayor de los varones, era teóricamente el heredero de las posesiones de la Casa de Manuel de Villena. No obstante, su madre María Isabel decidió repartir el patrimonio familiar entre todos los hermanos; así, en 1899 cedió la parte que le correspondía a su hijo Alfonso, mientras que a Arturo le adelantó la baronía del Monte, reservándole el condado de Vía Manuel.