La crónica de La Nación dijo sobre Manuel Romero a propósito de esta película que:
“no impresiona como un profesional que se afirma tras las cámaras sino por el contrario como un principiante que rompe a andar cargado con un lastre de recursos escénicos.”[1]
Para Portela y Manrupe la película es una:
”Sentimentaloide explotación del fenómeno Sandrini, otra vez haciendo de infeliz, y consolando sus penas de amor con un chico y un perro. A favor, la secuencia de apertura en la pensión. Excelente”[1]
Referencias
↑ abcdManrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995). Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 187. ISBN950-05-0896-6.