”Más que la anécdota empleada como hilo conductor de la trama tiene más interés los episodios aislados que se van sucediendo en el film.”
Por su parte, Manrupe y Portela escriben:
”Más allá de ser un vehículo para llevar al cine a Don Bildigerno, personaje radial de Fernando Ochoa, por entonces de gran popularidad, la versión fílmica no deja de ser menos curiosa: el comienzo y l cierre se escenifican en un estudio de televisión, con cámaras y monitores (ver fecha de estreno), donde los personajes (todos títeres) juegan la historia de aparecidos y confusiones. Ver Ciani se preocupó por hacer notar esta condición titiritesca de las exagerados pueblerinos.”
Referencias
Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995) pág. 184. Buenos Aires, Editorial Corregidor. ISBN 950-05-0896-6.