En 2021 en la diócesis existían 163 parroquias agrupadas en 11 arciprestazgos.
Historia
El territorio de la actual diócesis, antes de 1851, pertenecía en gran parte a la archidiócesis de Toledo y en menor medida a la diócesis de Córdoba y a la exenta jurisdicción de Uclés, sede de un priorato de la Orden de Santiago. Sin embargo, la mayor parte de las parroquias de estos territorios dependían y estaban encomendadas al cuidado pastoral de las órdenes militares españolas, a saber, la Orden de Santiago, la Orden de Calatrava, la Orden de Montesa y la Orden de Alcántara.
El concordato de 1851 preveía la erección de la diócesis de Ciudad Real (art. 5), sufragánea de la archidiócesis de Toledo (art. 6), con los territorios de las citadas órdenes militares de la provincia de Ciudad Real, en los que el rey de España siguió conservando el título de "gran maestre" (art. 9).[1] Sin embargo, el concordato tuvo dificultades para establecerse y no se publicó ninguna bula papal para la implementación práctica de sus decisiones. El 9 de marzo de 1873, el gobierno republicano suprimió las órdenes militares españolas, por lo que el papa Pío IX el 14 de julio siguiente, con la bula Quo gravius, suprimió la jurisdicción de las órdenes militares y anexó sus territorios a las diócesis vecinas.[nota 1] De hecho, esta decisión anuló la tomada en 1851.[2]
Prelatura territorial
Con la restauración de la monarquía se restablecieron también las órdenes militares. Pío IX erigió entonces la prelatura territorial de Ciudad Real (Praelatura Cluniensis) con la bula Ad Apostolicam del 18 de noviembre de 1875.[3] Con esta bula el papa restableció canónicamente las órdenes religioso-caballerescas coordinadas por el Real Consejo de Órdenes Militares, y les asignó jurisdicción sobre toda la provincia de Ciudad Real con la erección de un priorato nullius dioecesis, es decir, sujeto inmediatamente a la Santa Sede; el prior del Real Consejo fue nombrado obispo de la nueva jurisdicción eclesiástica.[nota 2] La bula fue ejecutada por el cardenalJuan Ignacio Moreno y Maisanove, arzobispo de Toledo, el 15 de mayo de 1876, y promulgadas solemnemente en Ciudad Real, el 4 de junio de 1876, domingo de Pentecostés.
Desde el concordato de 1953, el nombramiento lo hizo directamente el papa. Desde la erección de la prelatura, a los prelados de Ciudad Real se les asignó la sede titular de Dora, por lo que estaban revestidos de la dignidad episcopal, con la particularidad de ejercer su ministerio episcopal sin estar sujeto a ningún arzobispo metropolitano, dependiendo directamente del papa: vere et proprie nullius dioecesis. Su sede estaba en Ciudad Real, en la que había sido iglesia parroquial de Santa María del Prado, que quedó elevada a santa iglesia prioral (equivalente a catedral). Los obispos-priores eran vestidos, armados y cruzados, previo expediente informativo, caballeros de una de las cuatro órdenes militares. Así sucedió hasta 1943.[nota 3]
Las órdenes militares fueron suprimidas el 29 de abril de 1931 por el gobierno republicano, si bien no afectando al priorato. En 1931 la diócesis-priorato comprendía 131 parroquias y más de 150 ermitas o santuarios. El clero diocesano estaba compuesto por 276 sacerdotes y 128 seminaristas. Las órdenes masculinas sólo contaban con 84 religiosos, mientras que las femeninas agrupaban 576 monjas.
Entre el 22 y el 23 de julio la Comunidad de Padres Pasionistas de Daimiel, compuesta por 31 individuos, fueron apresados y trasladados en grupos a Manzanares, Ciudad Real, Urda y Madrid dónde fueron fusilados. Algunos fueron represaliados en fechas posteriores y unos pocos pudieron librarse de la muerte.
El 24 de julio en la estación de Fernán Caballero catorce religiosos claretianos, procedentes de Ciudad Real fueron arrojados al andén y tiroteados públicamente hasta su muerte.[4] Los 14 mártires claretianos son: Tomás Cordero, Claudio López, Ángel López, Primitivo Berrocoso, Antonio Lasa, Vicente Robles, Melecio Pardo, Antonio María Orrego, Otilio del Amo, Cándido Catalán, Ángel Pérez, Abelardo García, Gabriel Barriopedro y Jesús Aníbal Gómez, este último de nacionalidad colombiana. A ellos hay que añadir el hermano Felipe González, que fue martirizado también en Fernán Caballero, en la puerta del cementerio el 2 de octubre de 1936.[5]
El 27 de julio en Alcázar de San Juan un grupo de 13 religiosos de diversas órdenes, entre los cuales se encontraba el franciscano Martín Gómez de Lázaro y Pérez fueron asesinados a manos de milicianos de las poblaciones vecinas.[7]
También los religiosos marianistasCarlos Eraña Guruceta, Fidel Fuidio y Jesús Hita, destinados en Ciudad Real, tras su dispersión por fondas y pensiones locales debido a la incautación del colegio de la carretera de Miguelturra, sufrieron martirio tras ser juzgados sumarísimamente en la checa establecida en el seminario viejo de la calle Alarcos.
Diócesis de Ciudad Real
Las peculiaridades iniciales de la diócesis-priorato se diluyeron. Como ejemplo, ni el obispo Emeterio Echeverría ni sus sucesores pertenecían ya a ninguna de las órdenes militares. Además, a partir del concordato de 1953, el nombramiento del obispo-prior seguía el trámite común para todos los obispos diocesanos españoles mientras que originalmente debía ser nombrado por el rey, la iglesia prioral era llamada catedral, la diócesis era conocida como diócesis de Ciudad Real y los prelados desde siempre habían sido considerados como obispos residenciales de Ciudad Real. Lo que era una realidad de hecho se plasmaría sobre el papel en 1980.
El 4 de febrero de 1980 la prelatura territorial fue elevada al rango de diócesis, sufragánea de la archidiócesis de Toledo, con la bula Episcopus titulo Doritanus del papa Juan Pablo II.[9]
El mismo día 4 de febrero de 1980 se hizo una descripción de la nueva diócesis con la bula Constat Militarium y al mismo tiempo se instituyó el cabildo catedralicio en sustitución del anterior cabildo.[10] Los obispos de Ciudad Real conservan, historicam ob causam, el título de priores.[nota 4]
Fue nombrado obispo de la diócesis el entonces prelado cluniense Rafael Torija de la Fuente, que quedaba desvinculado de la Iglesia titular de Dora, pero conservó el título de prior de las órdenes militares por razones históricas. La misma bula eleva a iglesia catedral la antes prioral de Santa María del Prado, y el cabildo prioral a catedralicio, sin prejuzgar sus vínculos honoríficos con las órdenes militares. La promulgación solemne de la bula tuvo lugar en la catedral el día 19 de marzo de 1981 por el nuncio apostólicoAntonio Innocenti.
↑García Barberena en su texto sobre la fundación de la diócesis de Ciudad Real, p. 461 recuerda cómo las órdenes militares españolas, antes de la creación del nuevo convento unificado de Ciudad Real, "administraban", a través de sus seis conventos y de los demás vicariatos autónomos, 326 parroquias repartidas por toda España (por tanto no sólo en esta provincia) durante casi un año millones de fieles, muchos más que los de la nueva circunscripción. El mismo concordato (en el artículo 9) establecía que, a cambio de la renuncia a las anteriores jurisdicciones autonómicas, se crearía un priorato de órdenes militares con jurisdicción territorial, pero sin indicar sobre qué territorio.
↑El artículo 23 de la bula de erección del priorato disponía expresamente que el prior era elegido por el rey entre el clero de las órdenes militares, pero después del martirio del beato Narciso de Esténaga y Echevarría en 1936 (y seis años de vacancia del priorato mismo y de la prelatura territorial relativa) el nuevo prior fue elegido en 1942 por el general Francisco Franco y confirmado por la Santa Sede, sin ser ya miembro de una de las órdenes.
↑Era obligado e inherente en este cargo que el obispo-prior profesara en alguna de las cuatro órdenes militares. Artículo 23 de la bula Ad Apostolicam.
↑Según García Barberena, esta indicación, contenida en la bula Constat militarium, se referiría únicamente a Rafael Torija de la Fuente, a quien va dirigida la bula, y no a sus sucesores (La erección de la Diócesis de Ciudad Real , p. 465, nota 27). El propio Barberena no consideró "ninguna probabilidad" de restauración de las órdenes militares que, por otra parte, han experimentado un notable renacimiento desde la década de 1980, aunque carecían de los activos previos a las supresiones. En los años siguientes se pensó en atribuir el título de prior al titular del ordinariato militar en España, cuya catedral suele utilizarse para las ceremonias de los caballeros y clérigos de las órdenes militares, pero esto no sucedió (Andrés de Olivares, Arzobispado castrense, Madrid, 1987, p. 53.
↑Ordenaron a los religiosos que caminasen hacia un extremo de la estación y, cuando se habían separado unos pasos, empezaron a dispararles por la espalda. [2]
↑J. Albertí La Iglesia en llamas. Diez meses de persecución religiosa.
↑Libertad Digital - María Encarnación González Rodríguez - Burgos, Cartagena, Ciudad Real [3]