El distrito de Ciudad Vieja[1][2][3] (en catalán y oficialmente Ciutat Vella) es uno de los diez distritos en que se divide administrativamente la ciudad española de Barcelona. Es el distrito número 1 de la ciudad y comprende todo su centro histórico. Tiene una extensión de 4,37 km² y una población de 104 507 habitantes (INE, 2010). Es el tercer distrito con mayor densidad demográfica del municipio, con 24 583 habitantes por kilómetro cuadrado (INE, 2009).
La historia del distrito comienza con la fundación de Barcelona en el Monte Taber. Los primeros romanos escogieron un pequeño montículo entre dos arroyos, Collserola (hoy en día La Rambla) y el de Junqueras (hoy en día la Vía Layetana). En aquel lugar se fundó la Colonia Iulia Augusta Paterna Fauentia Barcino, o, simplemente, Barcino, sustituyendo un antiguo establecimiento romano en Montjuic, que se cree que podría estar donde hoy encontramos el barrio de La Marina del Puerto, y que abandonarían a causa de las crecidas del Llobregat, que impedían la utilización del puerto.
Hasta el siglo XII la Barcelona antigua vivía encerrada en el perímetro de la muralla romana del siglo IV, que fue restaurada en parte por los primeros condes de Barcelona. No fue hasta finales del siglo XII que la ciudad experimentó un crecimiento, aumentado aún más durante el siguiente siglo, para proteger los barrios que se habían formado en torno a los caminos de entrada de la ciudad, en extramuros, y que la conectaban con las villas cercanas. Algunas de estas fueron La Boria, San Pedro de las Puellas y Villanueva de Mar, esta última alrededor de la iglesia de Santa María de las Arenas, hoy más conocida como Santa María del Mar. Al norte se encontraba también otra villa nueva alrededor de la colegiata de Santa Ana, donde hoy está La Rambla.
Algunos movimientos vecinales van orientados contra la política turística emprendida por el Ayuntamiento, que califican de excesiva, como la Plataforma contra la especulación del Raval. Aducen que Ciudad Vieja es el distrito con mayor densidad de hoteles y pisos turísticos de toda la ciudad (aproximadamente el volumen de población estacional o por días es del 40%), lo cual ocasiona graves problemas en el tejido vecinal: aumento exponencial de los precios de alimentación, de vivienda, expulsión de vecinos por turistas, ruido, desmembración del tejido vecinal y sustitución de equipamientos vecinales por equipamientos turísticos.