La desratización[1][2] es el conjunto de medidas y técnicas destinadas al control, ahuyentar y/o eliminación de roedores, especialmente ratas o ratones, en entornos urbanos, industriales y agrícolas. La presencia de roedores puede causar daños a la propiedad, propagación de enfermedades (zoonosis) y por consiguiente, riesgos para la salud pública.
Se trata de un proceso esencial para mantener entornos urbanos y rurales en condiciones salubres y seguros frente a trasmisión de enfermedades. La combinación adecuada de medidas de prevención y control puede ayudar a reducir las poblaciones de roedores y prevenir los riesgos para la salud pública. También hay que tener en cuenta las consecuencias que puede provocar la desratización sobre todo en temas ambientales y de seguridad.
Plan de acción
Dentro del plan de acción también se puede dividir en varias etapas, entre ellas las más comunes son:
1. Medidas preventivas: Consisten en acciones que eviten la aparición de roedores, como por ejemplo reparación de agujeros, tapas, cajas y sellado de huecos, cambios en el almacenaje de la comida o basura que suelen ser los productos que más buscan los roedores.
2. Medidas de control: Se aplican medidas contra la plagas como colocación de trampas o fumigaciones de la zona afectada.
3. Elección de la técnica: Trampas, como las ratoneras, Rodenticidas, fumigación, etc..
4. Momento oportuno: Elección del momento adecuado para realizar la desratización.
5. Seguimiento: Después de realizar una desratización hacemos un seguimiento para asegurarnos de que la plaga ha desaparecido. Y en su defecto, incineración del animal para prevenir posibles zoonosis una vez neutralizado.
Métodos
La desratización implica una variedad de métodos que pueden ser adaptados a las necesidades específicas de cada situación. Algunos de los métodos más comunes incluyen:
1. Saneamiento: Mantener un ambiente limpio y libre de restos de alimentos y desechos que puedan atraer a los roedores. Eliminar los factores que favorecen la proliferación de roedores es un paso clave en la prevención.
2. Exclusión: Sellado de posibles puntos de entrada en edificios y estructuras para evitar que los roedores ingresen. Bloquear fisuras y aberturas ayuda a prevenir la entrada y propagación de roedores.
3. Trampas: Uso de trampas para capturar ratas vivas o matarlas de manera controlada. Las trampas pueden ser una forma efectiva de reducir las poblaciones de roedores. Una trampa clásica para capturarlas es la ratonera.
4. Cebos envenenados: Utilización de cebos envenenados para controlar las poblaciones de roedores. Estos cebos deben ser manejados con precaución y por profesionales capacitados para minimizar riesgos para otras especies y para la salud humana.
5. Técnicas Biológicas: Introducción de depredadores naturales de roedores en un área para controlar sus poblaciones. Esto puede incluir el uso de aves de presa u otros depredadores naturales, como los gatos o perros ratoneros en los entornos domésticos.
6. Técnicas de Control Químico: Utilización de productos químicos y rodenticidas específicos para controlar a los roedores Aunque también se presentan: repelentes (que evitan la aparición de nuevos individuos), como la ciclohexamina; fumigantes, altamente tóxicos, como el cianuro o el bromuro de metilo; y raticidas, ya sean de efecto agudo o retardado. Estos últimos suelen ser anticoagulantes que, en algunos casos, poseen aplicaciones clínicas en humanos (warfarina). Estos productos deben ser aplicados por profesionales en control de plagas.
7. Técnicas Físicas: Producen la huida de los animales. Típicamente mediante ultrasonidos.
Importancia de la desratización
La desratización es fundamental para prevenir daños económicos y para la salud pública. Los roedores pueden causar daños en infraestructuras, alimentos y propiedades, además de ser vectores de enfermedades, proceso conocido como zoonosis[3]. La leptospirosis, la peste bubónica, los hantavirus y la Toxoplasmosis, son ejemplos de enfermedades transmitidas por ratas que pueden representar riesgos para la salud humana.
Consideraciones ambientales y de seguridad
Es importante abordar la desratización con responsabilidad. Algunos métodos de control, como el uso de cebos envenenados, pueden tener impactos negativos en otras especies y el medio ambiente si no se usan adecuadamente. Por esta razón, se recomienda contar con profesionales en control de plagas que estén capacitados para aplicar las medidas de manera segura y efectiva. Muchas veces con neutralizar al animal no basta e implica tomar medidas adicionales como la incineración del animal para evitar posibles zoonosis.