Cristo se representa sobre el sudario en un escorzo muy violento, con los pies en primer plano. A diferencia de su referente, Carraci elimina las figuras de las plañideras, convirtiendo la escena en un puro Cristo muerto. La disposición del cuerpo se hace sin la rigidez que aparece en el de Mantegna. En primer plano, se sitúan los instrumentos de la Pasión, para evocar la brutalidad del martirio y como símbolos iconográficos de la Pasión de Cristo.
Bibliografía
Gianfranco, Malafarina (1976). L'opera completa di Annibale Carracci, con prefazione di Patrick J. Cooney. Rizzoli Editore, Milano.