Instalado en una antigua vaquería,[4] su diseño fue encargado a un arquitecto italiano y la decoración al pintor Juan Barba,[4] que firma el gran lienzo que sirve de telón de fondo al tablao (restaurado en 2021 por personal y alumnado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid).[5] Se inauguró la noche del 20 de mayo de 1956,[4] con la presencia de la actriz y bailaora Pastora Imperio,[6] (que volvió de su semiretiro para actuar en el local), además de profesionales del flamenco, como Regla Ortega,[7] Porrina de Badajoz,[7] Salvador El Chaqueta,[7] Andrés Heredia,[7] Rita Ortega,[7] y La Chunga que debutaba así en Madrid,[8] y que seguiría actuando en la Morería formando pareja con el bailaor Mario Maya.[2]
Tras el fallecimiento en 2006 de su fundador, Manuel del Rey,[4] el establecimiento lo dirige su esposa, la bailaora cordobesaBlanca del Rey, y el hijo de la pareja.
De entre las muchas y quizá legendarias anécdotas que se guardan sobre el tablao y sus visitantes, puede mencionarse una que –con cierta tendencia a la ubicuidad– puede escucharse también como ocurrida en otros “divinos antros” del Madrid nocturno (como el bar de Perico Chicote, u otros tablaos y cafés cantantes como Los Gabrieles o Villa Rosa). Ocurrió al parecer una de las muchas noches en que la actriz Ava Gardner se encontraba entre el público...«Un hombre que apuraba un whisky en la barra le clavó la mirada y la llamó con el dedo índice. La actriz fue hasta él y casi al instante los dos comenzaron a discutir. Antes de irse, él le dio una bofetada a ella. Ese hombre era Frank Sinatra, quizá molesto por los rumores que relacionaban al “animal más bello del mundo” con el torero Luis Miguel Dominguín».[4]
Tablao
El tablao o escenario del Corral de la Morería se asienta sobre un bloque de hormigón apoyado a su vez en vigas de acero, y cuya superficie total está cubierta por una «gruesa cama de goma».[4] Encima se estructura el tablado propiamente dicho, «diseñado como instrumento de percusión que amplifica la intensidad de quienes zapatean encima», y que debido a tal uso es necesario renovar una vez al mes.[4]