Este torneo y otro disputado en Galicia fueron el preludio de la reanudación de las competiciones a nivel nacional,[2] cristalizado en el Torneo Nacional de Fútbol de 1939, reconocido décadas después por la Federación Española como la trigesimoquinta edición del Campeonato de España de Copa.[3] De igual modo, la oficialidad de este certamen regional es cuestionado, si bien la misma Federación Española lo incluye entre el palmarés del equipo vencedor, el Deportivo Alavés.[4]
Si bien no fue hasta el 1 de abril de 1939 cuando se reorganizó el estamento federativo nacional y con él las diversas competiciones, los esfuerzos provenían de años atrás. Ante la pasividad del ente (trasladado a Barcelona[n. 1] durante la contienda y dirigido por Ricardo Cabot) en lo referente a la coordinación de cualquier atisbo futbolístico, surge en 1937 en San Sebastián (en zona nacional o sublevada) una nueva federación que obtuvo legitimidad tras el reconocimiento de la FIFA. Finalizada la guerra, quedó esta como única Federación Nacional y Cabot pudo seguir ejerciendo su cargo.
A la Federación Guipuzcoana de Fútbol le cabe el honor de ser la primera entidad que organiza y celebra una competición oficial de importancia en la segunda etapa del fútbol hispano, separada de la anterior por el glorioso Alzamiento de la Esparta
digna y honrada, en julio de 1936.
Era de esperar que la solera del fútbol español respondiese con el mayor entusiasmo a la llamada hecha por esta Federación y así ha sido.
El rincón norteño que tantas glorias dio y tantas cosechó, unánimemente y con un gesto altruista y patriótico, acude y se pone incondicionalmente a la disposición de la Federación guipuzcoana.
En esta primera demostración deportiva, era preciso honrar a quienes tanto nos honraron, a las Brigadas de Navarra, que constituyendo primero un muro infranqueable con sus nobles y valerosos pechos, contuvieron la ola roja, que amparada por la
separatista, se desparramó por las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya, y más tarde con un valor indomable, rayano en el heroísmo cuando nuestro glorioso Caudillo consideró oportuno el momento, conquistaron de punta a punta ambas provincias terminando con la guerra en el Norte y dando a las Vascongadas, a Navarra y Logroño la seguridad y el bienestar de esa España de Franco, que él y sólo él supo encauzar y dirigir a los buenos españoles para hacer la España una, grande y libre con que todos soñamos.
La Federación guipuzcoana se honra al denominar esta prueba deportiva, la primera que organiza, Copa de las Brigadas de Navarra, como homenaje a aquellas y a su primer jefe el general Solchaga que con tanto acierto las mandó.
Nuestra Federación Nacional se encarga de formar la representación española de nuestro fútbol y gana batallas internacionales en el aspecto deportivo, pues el deporte sano, que no conoce vallas y fronteras, libre de todo prejuicio partidista, social y
político, gracias a nuestra Federación, ha reconocido a a la España futbolística del generalísimo Franco como la encarnación y representación de la Nación española.
Nosotros, más modestamente, colaboramos con esta obra tan nacional y ofrecemos a la afición sana una contienda donde los equipos rivales de antaño, nutridas sus filas con jugadores gloriosos, con jugadores noveles en vías de serlo y con
revelaciones de esta nueva juventud, ofrecerá en los campos luchas nobles y viriles, se pondrán de manifiesto las antiguas pasiones deportivas, las rivalidades de antaño, pero todas estas manifestaciones estarán amparadas y patrocinadas por la misma bandera, aquella que flameó valerosa por tierras y mares, la bandera roja y gualda tan simbólica para todos los buenos españoles.
A los campos llamamos a la afición, pidiéndole un esfúerzo pecuniario y con él, tras pasar ratos que le recuerden los tiempos de antaño, cubriremos los dolores y las lástimas de la retaguardia para que como dice tan patéticamente nuestro Caudillo
«no falte en ningún hogar pan y lumbre».
Auxilio social, esa nueva modalidad de la caridad en la nueva España, que está realizando y transformando en hechos las palabras del Caudillo en forma tan magistral, será nuestra colaboradora y a ella irán a parar nuestras aportaciones para que
esas alegrías sanas, morales y honestas de nuestros campos de fútbol se conviertan en mitigaciones del dolor y así honraremos también la doctrina de Cristo.
Este es nuestro deseo. No pararemos ante trabajos ni sacrificios, fuerzas no nos faltarán y el público con su asistencia será el realizador de nuestro proyecto.
El público apreciará en los campos que todo lo que ve son manifestaciones del antiguo fútbol, que precisaba sacrificios de todos los participantes y a este sacrificio, en forma personal y económica, se llegará en esta competición y esto es lo que le
brindamos.
Irún, tantas veces campeón de España, equipo de recursos inagotables, cantera permanente de jugadores de extraordinario valor; San Sebastián, equipo admirado por aquel juego afiligranado que tanto nos entusiasmó y que tantos jugadores
internacionales ofreció; Pamplona y Vitoria, equipos novelas que rapidísimamente escalaron los puestos más altos de nuestro fútbol, característicos por su codicia y entusiasmo; Tolosa, equipo modesto que supo vivir y dar mucha guerra en región futbolística, equipo del que salieron notables jugadores; Logroño, club que no contando con jugadores propios, supo formar un equipo muy armónico que sabía triunfar y sucumbir con gloria y que como equipo novel era muy solicitado por los públicos; por último, Oriamendi, equipo baracaldés de antiguo abolengo, modesto que siempre en horas turbulentas supo mantener con dignidad su nombre e ideología, hoy nutrido con jugadores de gran renombre entre la afición, esos son los valores que van a intervenir en la Copa de las Brigadas de Navarra.
Esta Federación hará llegar al público la marcha administrativa de la competición, para que todos sepan las lágrimas que enjugan los públicos con su presencia en los campos.
Todos los elementos que intervienen en esta competición han dado facilidades sin límite, así que a las autoridades, prensa, árbitros, clubs, entidades oficiales y particulares nuestro agradecimiento y que allá por junio podamos decir con alegría «Esta
es la obra de todos»..
Siempre una vez más con nuestro lema: Todo por España y su Caudillo. ¡Viva España! ¡Arriba España!
Bases manifiesto de la Copa de las Brigadas de Navarra organizado por la Federación Guipuzcoana de Fútbol
Diario «La Nueva España» de San Sebastián. 28 de enero de 1938.