Cloaca (zoología)

En la anatomía animal, la cloaca es una cavidad situada en la parte final del tracto digestivo y abierta al exterior, a la que confluyen también los conductos finales de los aparatos urinario y reproductor. Brinda protección al sistema digestivo y excretor para la expulsión de desechos. Está presente en determinadas especies de vertebrados: en todas las aves, anfibios y reptiles, así como en algunos peces (condrictios) y mamíferos (monotremas y marsupiales).[1]​ También se le da ese mismo nombre a la porción final del tubo digestivo de ciertos equinodermos como los Pepinos de Mar (Holothuroidea).

Etimología

La palabra proviene del verbo latín cluo , "(yo) limpiar", de ahí el sustantivo cloaca , "cloaca, desagüe".[2][3][4]

Aves

Cloaca de una ave hembra
Cloaca de un ave macho
Una espátula rosada excretando orina en medio vuelo

Las aves se reproducen usando su cloaca; esto ocurre durante un beso cloacal en la mayoría de las aves.[5]​ Las aves que se aparean usando este método colocan sus cloacas juntas, en algunas especies por sólo unos segundos, tiempo suficiente para que el esperma sea transferido del macho a la hembra.[6]​ Para algunas aves, como los avestruces, casuarios, kiwis, gansos y algunas especies de cisnes y ánades, los machos no usan la cloaca para reproducirse, pero tienen un falo.[7]

Se publicó un estudio[8]​ en el que se demostró que las aves usan sus cloacas para refrescarse.[9]

La cloaca en las aves también puede denominarse respiradero. Entre los cetreros, la palabra ventilar es también un verbo que significa "defecar".

Peces

Entre los peces, una verdadera cloaca está presente sólo en los elasmobranquios (tiburones y rayas) y peces con aletas lobuladas. En lampreas y en algunos peces con aletas radiadas, parte de la cloaca permanece en el adulto para recibir los conductos urinario y reproductor, aunque el ano siempre se abre por separado. En quimeras y la mayoría de teleósteos, sin embargo, las tres aberturas están completamente separadas.[10]

Referencias

  1. Young, J. Z. 1977. La vida de los vertebrados. Editorial Omega, Barcelona, 660 pp. ISBN 84-282-0206-0
  2. Cassell's Latin Dictionary, Marchant, J.R.V, & Charles, Joseph F., (Eds.), Revised Edition, 1928, p.103
  3. Harper, Douglas. «cloaca». Online Etymology Dictionary. 
  4. «clŏāca , ae, f. 1. cluo = purgo; cf. Gr. κλύζω,». A Latin Dictionary. Consultado el 20 de junio de 2022. 
  5. Michael L. Morrison; Amanda D. Rodewald; Gary Voelker; Melanie R. Colón; Jonathan F. Prather (3 de septiembre de 2018). Ornithology: Foundation, Analysis, and Application. JHU Press. ISBN 978-1-4214-2471-2. 
  6. Lynch, Wayne (2007). «The Cloacal Kiss». Owls of the United States and Canada. JHU Press. p. 151. ISBN 978-0-8018-8687-4. 
  7. Julian Lombardi (1998). Comparative Vertebrate Reproduction. Springer. ISBN 978-0-7923-8336-9. Archivado desde el original el 26 de marzo de 2014. Consultado el 5 de diciembre de 2012. 
  8. Hoffman, Ty C. M.; Walsberg, Glenn E.; DeNardo, Dale F. (2007). «Cloacal evaporation: an important and previously undescribed mechanism for avian thermoregulation». The Journal of Experimental Biology 210 (5): 741-9. PMID 17297135. doi:10.1242/jeb.02705. 
  9. Hager, Yfke (2007). «Cloacal Cooling». The Journal of Experimental Biology 210 (5): i. doi:10.1242/jeb.02737. 
  10. Romer, Alfred Sherwood; Parsons, Thomas S. (1977). The Vertebrate Body. Philadelphia, PA: Holt-Saunders International. pp. 396–399. ISBN 978-0-03-910284-5.