El centro histórico de Pontevedra es la parte más antigua de la ciudad española de Pontevedra. Es el segundo casco antiguo más importante de Galicia después del de Santiago de Compostela,[5][6][7] y fue declarado conjunto histórico-artístico el 23 de febrero de 1951.[8]
El casco histórico posee una gran riqueza arquitectónica y conserva numerosos elementos de las épocas medieval, moderna y contemporánea.
Ubicación
El casco histórico de Pontevedra está delimitado principalmente por las calles que coinciden con la línea de la antigua muralla, situándose su parte norte en la margen izquierda del río Lérez que atraviesa la ciudad.[9] El casco histórico está delimitado por la calle Sierra al norte, la calle Arzobispo Malvar al este, la calle Michelena al sur y las calles Cobián Roffignac y Padre Amoedo al este. La Alameda y la Gran Vía de Montero Ríos con las Ruinas del Convento de Santo Domingo y los edificios institucionales oficiales de finales del siglo XIX pueden considerarse como una prolongación del casco histórico por el oeste.
Historia
Fue probablemente en el siglo IX cuando la población de Pontevedra comenzó a agruparse en torno al antiguo puente y enclave romanos. En 1169, el rey Fernando II de León le concedió la categoría de ciudad.[10] Se inició la construcción del nuevo puente medieval (actual puente del Burgo) y la población se fue asentando en lo que hoy es el casco histórico.[11]
Pontevedra se dotó de una muralla fortificada que se desarrolló en tres etapas sucesivas a partir del núcleo original situado en las inmediaciones de la Basílica de Santa María la Mayor, la zona más alta y fácilmente defendible. La planta de la primera muralla es la de una bastida preplanificada, organizado en tres calles paralelas (calles Platería Vella, Amargura-San Martiño y Alta-Sor Lucía) y una transversal central correspondiente a la parte alta de la calle Isabel II.[12]
En el siglo XIII, el recinto amurallado se amplió debido al progresivo desarrollo económico y demográfico generado por los privilegios reales concedidos a la ciudad (en 1229, Alfonso IX le otorgó un privilegio exclusivo para la elaboración y distribución de pescado en todo el reino, y en 1238, Fernando III le concedió la fabricación de grasa de sardina).[13] En los últimos años del siglo XIII llegaron las órdenes mendicantes de los dominicos, clarisas[14] y franciscanos; estos últimos construyeron su convento en el otro altozano del casco antiguo, al este.
En el siglo XIV tuvo lugar una segunda fase de ampliación de la muralla, que discurría por la calle Pasantería y la plaza de la Herrería hasta su confluencia con la calle Michelena. En el siglo XV, el crecimiento de la ciudad hizo necesaria una última ampliación de la muralla. En 1452, Juan II de Castilla concedió a Pontevedra el título de puerto de carga y descarga de Galicia y, en 1467, Enrique IV la premió con la autorización para establecer una feria franca anual de 30 días.[15] Era necesario disponer de un espacio suficientemente amplio y controlado para celebrar la feria (correspondiente a la actual plaza de la Herrería).[16] La nueva muralla se terminó en 1480 [17] y englobó el último tramo de la calle Sarmiento.
En 1880 se construyó la nueva Casa consistorial, se urbanizó la plaza de España y se amplió la Alameda (antigua huerta de los Dominicos), frente a la cual se construyeron los edificios administrativos, sede de las instituciones de la capital de la provincia, concedida en 1833. En 1951, el casco histórico de Pontevedra fue declarado conjunto histórico-artístico.[21] En 1999, el casco histórico fue peatonalizado y se llevó a cabo una profunda renovación urbana.[22][23]
Urbanismo
La Basílica de Santa María la Mayor y el Convento de San Francisco marcan los puntos estratégicos de oeste a este del casco antiguo sobre dos colinas. Entre ellos se conformó la ciudad medieval con su laberinto de calles (ruas) y plazas medievales. Las calles se estructuraron en torno a un eje principal que corresponde a las actuales calles Sarmiento e Isabel II, y a partir de allí se dividieron el resto de las calles, conformando un ejemplo clásico de ciudad medieval con planta de espina de pez, donde las calles se estructuran a partir de un único eje central sobre el que se injertan las calles secundarias.[8] La calle Real atraviesa una parte del casco antiguo de norte a sur y tiene su origen en el trazado de la antigua vía romana XIX del itinerario de Antonino[24] que siglos más tarde se convirtió en vía de paso del Camino de Santiago Portugués,[24][25] al igual que la calle Soportales. La calle Sarmiento es la calle transversal oeste-este más importante junto con la calle Isabel II. Entre las calles, como las de Manuel Quiroga, Don Gonzalo o Pasantería, el casco histórico está salpicado de plazas de proporciones regulares, cuadradas o rectangulares, con numerosas casas nobles con escudos de piedra, que airean la trama urbana y le dan elegancia.
La principal zona verde del centro histórico son los jardines de Casto Sampedro, anexos a la iglesia y antiguo convento de San Francisco, en el centro de los cuales se encuentra la fuente renacentista de la Herrería. Al oeste se encuentra el Campillo de Santa María con los restos de la antigua muralla y al suroeste del casco antiguo está la Alameda de Pontevedra, antiguo huerto de los dominicos.
Pontevedra fue lugar privilegiado de residencia de la nobleza y de poderosas familias gallegas.[29] Ninguna otra ciudad gallega posee tal riqueza de escudos de armas en las fachadas de muchas casas nobles y pazos. En el casco histórico hay más de 200 escudos tallados en piedra.[30]
El conjunto de monumentos del centro histórico de Pontevedra que desde 1951 hasta la actualidad fueron protegidos patrimonialmente[4] al amparo de distintas figuras legales quedaron en 1985 unificados bajo la categoría de Bien de Interés Cultural, fruto de la entrada en vigor de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español. Son los siguientes:[33]
Fuera del casco antiguo se encuentra también el Monasterio de Lérez y sus alrededores declarado Monumento Histórico-Artístico y Paraje Pintoresco el 21 de junio de 1946.[44]
Eventos culturales y fiestas
El casco histórico de la ciudad es el lugar donde se celebran la Feira Franca de Pontevedra, el entierro del Loro Ravachol, los Mayos y diversos actos de las fiestas patronales de la Virgen Peregrina.