Carta partida (diplomática)

Ejemplo de carta partida mediante la leyenda CIROGRAPHVM y un dibujo del Crucificado.

En diplomática, se denomina carta partida (chartae partitae, chartae divisae) o también llamada carta partida por ABC[1]​ a un tipo de documento donde figuran dos (o más) copias de un contrato o un texto importante elaborados en una única pieza de pergamino. En la parte de separación de las copias se añadía un texto (letras del abecedario),[2]​ o un dibujo, como elemento de validación. Una vez terminado el documento, se cortaba y cada parte se quedaba con una copia. Las partes cortadas de cada copia debían coincidir, permitiendo validaciones posteriores y dificultando la falsificación.[3][4]

Quirógrafo o cirógrafo

Carta latina del obispo de Beauvais relativa al arrendamiento otorgado al maestre de Chaalis por Felipe de Soisy sobre la venta de una tierra de cultivo. 40x16,5cm.

Esta forma de validación, quirógrafo, (derivado del latín chirographum y este del griego, χειρóγραφον)[5]​ ‘escrito por la propia mano’ (subscriptio quae propria manu fit), designaba inicialmente cualquier documento con firma autógrafa confiriendo credibilidad al documento.[6]

Durante la Edad Media algunos países mantienen este término en lo referente a su aspecto autógrafo. Por ejemplo, los cirógrafos italianos «eran realizados por cada contratante en un sola pieza que luego se dividía para remitir a cada uno su ejemplar.»[7]​ Más tarde, en algunos lugares pasó a tener el significado de carta partida.[8]​ Ya Jean Mabillon apuntaba en su obra De re diplomatica que el término se usaba «desde el siglo XII para referirse en particular a las "cartas dentadas"» y los paleógrafos benedictinos René Prosper Tassin y Charles-François Toustain identifican cartas partidas y dentadas con la leyenda «chirographa» colocada entre los documentos partidos.[9]

Los documentos papales (firmados por un papa), con independencia del formato elegido, eran llamados quirógrafos.[10]

Actualmente también se considera al quirógrafo como un documento privado no validado oficialmente.[11][12]

Descripción

Número de copias

Las cartas partidas constaban generalmente de dos copias. También había tres y cuatro copias.

Materiales

Principalmente fueron escritas sobre pergamino, o material similar basado en piel curtida, pero también hay ejemplos sobre papel.

Forma

Antes de la "partición", el documento constaba de dos copias "idénticas" escritas sobre una misma pieza de pergamino (o de papel). Entre las dos copias había una separación o división, que era la parte por donde se debía cortar el documento.

Complementos

A menudo, una carta partida constaba de firmas de testigos, sellos pendientes y elementos de validación similares.

División

En la zona que separaba las dos copias, se escribía una palabra, unas cuantas letras o un dibujo, incluso una combinación de letras y dibujos.

  • La palabra CIROGRAPHVM era muy frecuente en documentos.
  • En Occitania y Cataluña era típico escribir algunas letras del alfabeto (en variaciones de mayúsculas, minúsculas, en distintos colores, etc.). La designación genérica era: carta partida por ABC.[13]

Separación en partes

Tras escribir el «valor probatorio de las cartas partidas» residía «en el corte practicado en la pieza de pergamino» y que separaba las distintas copias por la parte de la leyenda.[6]​ Se podía cortar por la zona de la división antes citada mediante un corte recto, dentado u ondulado.

Historia

No se conoce el origen exacto de las cartas partidas en su forma definitiva.[14]​ Se conoce su uso en Inglaterra desde el siglo X, en Francia desde el siglo XI y en la península ibérica durante la segunda mitad de este mismo siglo.

Según el experto Arthur Giry, los ejemplares más antiguos conservados son los siguientes:

  • Una de las copias (la parte inferior) de una carta partida (sin fecha pero antes de 1060) de la época de Enrique I de Francia que hace referencia a la abadía de Sainte-Geneviève. El lema o divisa escrito en la división de la carta era: PETRVS • PAULVS • GENOVEFA.
  • De la misma época que la anterior, se conserva la parte superior de una carta partida por ABC sobre un acuerdo entre el obispo de Gerona y el conde de Foix, Roger. (Ref.: Arthur Giry. Manuel de diplomatique, p. 510).[13]

Ejemplos notables

Documentos conservados

Teniendo en cuenta el valor legal de las cartas partidas, muchos archivos conservaron miles de copias de estos documentos durante bastante tiempo. A pesar de que las guerras, incendios y otros incidentes hicieron desaparecer definitivamente muchos archivos, se conservan en varios casos. Uno de los más excepcionales es el caso del archivo municipal de Nivelles. Otro son los Archivos del Estado de Brabante (Lovaina-la-Neuve), donde se conservan unas 65.000 cartas partidas.

Menciones en literatura y otros

Referencias

  1. Martín López et al., 1994-1995, p. 842
  2. «Cartas partidas por ABC». Portal de Archivos Españoles. Consultado el 7 de octubre de 2024. 
  3. Drobnig (1 de agosto de 1981). International Encyclopedia of Comparative Law, Instalment 12. Martinus Nijhoff Publishers. p. 33–. ISBN 90-286-0321-2. 
  4. Pedro Labernia (1867). Diccionario de la lengua castellana con las correspondencias catalana y latina, 1. Lib. de Estevan Pujal. p. 399–. 
  5. Galende Díaz, 1996, p. 347.
  6. a b Martín López et al., 1994-1995, p. 841
  7. Martín López et al., 1994-1995, p. 841, nota 3
  8. Ferdinand Mackeldey (1847). Manual de Derecho romano: que comprende la teoria de la Instituta precedida de una introduccion al estudio de este derecho. Alonso. p. 407–. 
  9. Galende Díaz, 1996, pp. 347-348.
  10. «Quirógrafo». Diccionario panhispánico del español jurídico. Consultado el 7 de octubre de 2024. 
  11. «Diccionario». Fundación BBVA. Consultado el 7 de octubre de 2024. 
  12. Real Academia Española. «quirógrafo, fa». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  13. a b Arthur Giry (1972). Manuel de diplomatique. Georg Olms Verlag. p. 512–. ISBN 978-3-487-40310-6. 
  14. Un sistema de validación documental: de la Quirografía a las cartas partidas. JUAN CARLOS GALENDE DÍAZ.
  15. Mauricio Molho (2003). El Fuero de Jaca. Editorial CSIC - CSIC Press. p. 404–. ISBN 978-84-89510-45-6. 
  16. Jean-Alexandre C ..... Buchon (1841). Chroniques etrangeres relatives aux expeditions francaises pendant le 13. siecle.. Mairet. p. 644–. 
  17. Ramon MUNTANER; Antonio de BOFARULL Y BROCÁ (1860). Crónica Catalana ... Texto original y traduccion castellana, acompañada de numerosas notas, por Antonio de Bofarull. Cat.&Span. p. 173–. 
  18. Museu del Llibre Frederic Marès; Anscario M. Mundó (1994). Catàleg del Museu del Llibre Frederic Marès. Biblioteca de Catalunya. p. 42–. ISBN 978-84-7845-100-5. 
  19. Sancti Spíritus de Salamanca (Monastery : Salamanca, Spain).; María Echániz Sans (1993). El monasterio femenino de Sancti Spíritus de Salamanca. Colección diplomática (1268-1400). Universidad de Salamanca. p. 48–. ISBN 978-84-7481-748-5. 
  20. Aureliano Fernández Guerra y Orbe (1865). El Fuero de Avilés: discurso leido en junta pública de la Real Academia Española, para solemnizar el aníversario de su fundación. Imprenta Nacional. p. 84–. 
  21. Juan Bautista Dameto; Vincente Mut; Gerónimo Alemany (1841). Historia general del reino de Mallorca. J. Guasp y Pascual. p. 400–. 
  22. Archivo General de la Corona de Aragon (1851). Coleccion de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragon. Monfort. p. 60–. 
  23. Joanot Martorell (23 de junio de 2014). Tirant lo Blanc. Editorial Minimal. p. 225–. ISBN 978-84-16196-47-0. 
  24. Joanot Martorell (1876). Libre del valeros e strenu caualler Tirant lo Blanch ; 2: 3. Llibreria d'Alvar Verdaguer. p. 212–. 

Bibliografía

Enlaces externos