”Es cierto que se han gastado muchos millones de pesos, pero ello no es en sí un mérito sino una inversión con vistas a mercados de moneda fuerte, porque la película trata de ser solamente comercial…Del Carril insiste en los temas tangueros, en lamentar que haya pasado el tiempo, y repite el mismo personaje interpretado por él sin matices.”[1]
Por su parte, Manrupe y Portela escriben:
”Gran superproducción musical que tomó la mayoría de sus cuadros de la revista teatral del mismo nombre presentada por Del Carril y Mariano Mores en el Teatro Astral un año antes. Un éxito de boletería considerable que hoy sirve para ver a varias figuras de comienzos de los ’60 insertos en una estética decididamente kitsch. Fue la única aparición cinematográfica del cantor Julio Sosa. Se usaron dibujos animados para vincular algunas escenas.”[1]