El bizcocho de Moya es un producto de repostería típico de la isla de Gran Canaria, que tiene su origen en el municipio de Moya. Tiene una forma alargada, miga crujiente y cobertura glaseada. La masa de este bizcocho contiene harina de trigo, huevos y limón.
Se hornea dos veces (de ahí su nombre, bis-coctus). La primera vez, sale el pan esponjoso y la segunda, seco y crujiente. El bizcocho de Moya es uno de los dos productos de repostería tradicionales de la villa grancanaria, siendo el otro el suspiro de Moya. Ambos se cubren con un glaseado.
Historia
A Moya, la receta del bizcocho fue traída desde Cuba por Doña Chá Manuela, quien se afincó en el municipio canario en 1930. Enseñó esta receta a Doña Candelita Rivero y a Doña Jacinta. Un buen día, le hicieron un encargo de bizcochos a Dña Jacinta, pero se le pasó el tiempo de cocción y para disimular la parte quemada, la cubrió con el mismo glaseado que se hacía para elaborar los suspiros de merengue. El resultado fue tan bueno que la receta se comenzó a difundir. El bizcocho de Moya se populariza definitivamente cuando se abren las primeras fábricas artesanales y varias familias lo adoptan como medio de vida: Doña Amelia Ojeda primero, y Doña Felisa Rivero Trujillo después abre Bizcochos de Moya en 1945.[1][2][3]
Véase también
Referencias
Enlaces externos