Betilo (el término procede del griego baitulus y del semítico beth-el "templo del dios" o "de El) es una palabra que denota una piedra sagrada.
En algunas culturas semíticas también se utiliza para designar a los vestigios de meteoritos que golpeaban la tierra ("piedras de rayo"). Este nombre sirve para señalar cualquier tipo de piedra erguida que evoca la presencia de la divinidad y el emplazamiento de un lugar sagrado. Por extensión, el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una cultura.
La mayoría de los betilos, probablemente provenientes de meteoritos, estaban dedicados a los dioses o eran reverenciados como símbolos de los mismos[1]
En la mitología fenicia relatada por Sanjuniatón, uno de los hijos de Urano fue llamado Bethel, cuyo culto se celebraba en la mayoría de las colonias fenicias, inclusive Cartago, aún después de la adopción del Cristianismo, lo cual fue denunciado por San Agustín de Hipona.
En la mitología griega, el término fue especialmente aplicado a ónfalo,[4] piedra que se supone tragó Crono creyendo que era su hijo Zeus. Esta piedra estuvo cuidadosamente preservada en Delfos, ungida con aceite cada día y cubierta de lana virgen en ocasiones especiales.[5]
Varios autores (1910-1911). «Baetylus». En Chisholm, Hugh, ed. Encyclopædia Britannica. A Dictionary of Arts, Sciences, Literature, and General information(en inglés) (11.ª edición). Encyclopædia Britannica, Inc.; actualmente en dominio público.
Uta Kron: "Heilige Steine", en: Kotinos. Festschrift für Erika Simon, Mainz 1992, S. 56–70, ISBN 3-8053-1425-6
Enlaces externos
Betilo hallado en el yacimiento de Tejada la Nueva: [1]