La Basílica de San Vicente Mártir fue un templo cristiano-visigótico, edificado a mediados del siglo VI en el lugar que ocuparía posteriormente la actual Mezquita-catedral de Córdoba. Fue consagrada a San Vicente Mártir. Por su situación en la ciudad, fue adquiriendo importancia y acabó convirtiéndose en el principal templo de la ciudad y en la sede episcopal.
Historia y descripción
Tras la llegada del islam a la península, en el año 714 Muza estableció el reparto del conjunto basilical en el pacto de capitulación, por el que una parte se dedicó al culto islámico y en otra permaneció el culto cristiano, comprometiéndose a respetar la parte cristiana de la basílica mientras se pagasen los tributos exigidos. Dicha convivencia fue difícil, y no siempre se respetó el compromiso. Así, durante los conflictos entre yemeníes y muladíes en el año 748, las autoridades musulmanas emplearon la parte cristiana para el juicio y condena a muerte de los cabecillas de los yemeníes.
Finalmente en el año 786, el primer emir cordobésAbderramán I compró la parte destinada al culto cristiano, construyeron sobre ella la mezquita principal de la ciudad, reutilizando parte de los materiales de la basílica.
Entre 1931 y 1936 el arquitecto Félix Hernández, conservador de la catedral, realizó una serie de excavaciones arqueológicas en la zona más antigua de la sala de la oración, gracias a las cuales se han recuperado algunos de sus restos, como mosaicos, capiteles y pilares. Algunos de estos restos se pueden ver en el Museo de San Clemente, dentro de la actual catedral, en ángulo suroeste de la ampliación de Alhakén II. También se pueden contemplar otros restos bajo el subsuelo de la catedral, al haberse habilitado un suelo de vidrio. En los años 90 del siglo XX el profesor Pedro Marfil confirmó por medio de excavación arqueológica la estratigrafía preislámica de la Mezquita, documentando de forma científica la existencia de tres fases constructivas, las dos primeras del siglo VI y la última del siglo VII. La interpretación de estos restos por el profesor Marfil propone la presencia de un complejo episcopal, trasladado en el siglo VI desde Cercadilla a este lugar a intramuros de Córdoba.
Controversia
Surgen dudas con respecto a esta basílicavisigoda.[1][2] El arqueólogo especialista en SIG, Raimundo Ortiz, que ha estado trabajando durante varios años en la Mezquita-catedral de Córdoba contratado por el Cabildo Catedral de Córdoba (órgano titular y gestor del monumento Mezquita-Catedral), dice que no ha hallado la basílica bajo la Mezquita, que su equipo no ha podido identificarla,[3] pero sí han hallado restos inequívocamente cristianos[4] y se ha certificado que los restos bajo el subsuelo son, según indica, de un complejo episcopal.[5][6] Los hallazgos efectuados en el año 2021 en el Patio de los Naranjos confirman la existencia previa de un complejo episcopal.[7]