Bandoneón arrabalero es un tango cuya letra pertenece a Pascual Contursi en tanto que la música es de Juan Bautista Deambroggio, que fue grabado por Carlos Gardel en 1928 con acompañamiento de guitarras y alcanzó difusión mundial. En la letra el narrador se dirige a su bandoneón, el instrumento tanguero por antonomasia haciendo un paralelo entre su vida y el encuentro de ese instrumento.
El bandoneón aparece como personaje en otros tangos: La última curda, Fueye, Mi bandoneón y yo, Che, bandoneón, si bien Manuel Adet opina que de ellos, La última curda, al que califica como tango discepoliano, es el más profundo, el que va más a fondo y, también, el más bello.[1]
Bandoneón arrabalero fue publicado con la dedicatoria «al celebrado compositor y mejor amigo Horacio G. Pettorossi». Bachicha hizo que Pascual Contursi, que se hallaba en París, adaptara los versos para la música.
Enrique Cadícamo escribió en La historia del tango en París, que Bandoneón arrabalero no había sido compuesto por Juan Bautista Deambroggio sino que la música pertenecía a Horacio Pettorossi. Dice que en París en 1925 Pettorossi, que estaba actuando en la orquesta de Bianco-Bachicha, le hizo escuchar a Bachicha un tango recientemente compuesto por él, que mereció unas palabras de elogio y admiración de Deambroggio. Pettorossi entonces le ofreció venderlo allí mismo por mil francos. Bachicha sacó esa suma y se la ofreció como préstamo, pero el otro rechazó en forma terminante el ofrecimiento e insistió en la venta, por lo que Bachicha finalmente aceptó.[2]
Contursi había viajado en 1921 a París y luego volvió en 1927, por lo que seguramente el hecho citado en la versión de Cadícamo no pudo haber ocurrido sino ese año. La sífilis que padecía hizo perder la razón a Contursi, quien con la mente muy afectada fue enviado por sus amigos a Buenos Aires en 1930, permaneciendo internado hasta su muerte.[2]
Grabaciones
En Europa, la orquesta Bianco-Bachicha lo difundió con la voz de José Cohan. Charlo lo grabó con la orquesta de Francisco Canaro, Carlos Gardel con acompañamiento de sus guitarristas en París el 20 de octubre de 1928 y también la registró el Trío Argentino Irusta-Fugazot-Demare, cantando Fugazot.
En Italia Milva grabó una versión con letra adaptada al italiano por Bertini en la que un bandoneón queda abandonado después que muere su dueño, que cantaba y tocaba en una plaza. Hay versiones instrumentales grabadas por Osvaldo Pugliese y por Raúl Garello.[2] Raul Lavie para el sello Microfon en 1991.
Notas
↑Adet, Manuel (9 de marzo de 2013). «La última curda». El Litoral (Santa Fe). Consultado el 16 de enero de 2016.
Romano, Eduardo (coordinación y prólogo) (1990). Las letras del tango. Antología cronológica 1900 – 1980. Rosario (provincia de Santa Fe): Editorial Fundación Ross. p. 139. ISBN950-9472-24-7.
Zucchi, Oscar. «Bachicha». Consultado el 29 de febrero de 2016.