La población se convirtió, en tiempos medievales, en Talavera la Vieja, desaparecida al quedar sumergida por las aguas del embalse de Valdecañas (Cáceres) en 1963. Sus restos son visibles en tiempos de sequía. Sin embargo, se pueden contemplar junto a la carretera de Peraleda de la Mata a Guadalupe (en Bohonal de Ibor) las ruinas de la curia, «los Mármoles», que sirvieron de modelo para reconstruir el templo de Diana de Mérida y tres columnas más, procedentes de otro templo que no se desmontó, pues su podio era de opus caementicium, conocido con el nombre de «la Cilla», que también fueron desmontadas y trasladadas.