Asesinato de Humberto Viola y su hija

Asesinato Humberto Viola y su hija
Lugar San Miguel de Tucumán
Blanco Humberto Viola
Fecha 1 de diciembre de 1974
1:13 p. m. (UTC−3)
Tipo de ataque Asesinato con armas de fuego
Arma Escopeta, ametralladora y pistola.
Muertos 2 (el capitán Humberto Viola y su hija María Cristina de 3 años)
Heridos 2 (la esposa María Cristina Picón y su hija María Fernanda de 5 años)
Perpetrador Hugo Irurzun
Francisco Antonio Carrizo
José Martín Paz
Rubén Jesús Emperador
Fermín Ángel Nuñez
Miguel Norberto Vivanco
Svante Grände
Motivación Represalia del Ejército Revolucionario del Pueblo

El asesinato del capitán Humberto Viola y su hija fue un crimen cometido por el Ejército Revolucionario del Pueblo el 1 de diciembre de 1974 en San Miguel de Tucumán.[1]

En 1979 la justicia condenó a cadena perpetua a seis personas que confesaron haber cometido el hecho luego de ser interrogadas en el centro clandestino de detención "Escuelita de Famaillá". Cuando fueron llevados ante lo justicia, los imputados se declararon inocentes y denunciaron que sus confesiones fueron obtenidas bajo torturas a ellos y sus familiares. Permanecieron encarcelados desde 1975 hasta 1990, que fueron indultados por el presidente Carlos Menem.[2]

Asesinato

Humberto Viola (nacido el 15 de febrero de 1943 en San Miguel de Tucumán)[3]​ fue atacado cuando conducía su automóvil junto con su esposa María Cristina (Maby) Picón y sus hijas María Cristina de tres años y María Fernanda de cinco, al llegar a la casa de sus padres. Su hija María Cristina también fue asesinada en tanto que su hija María Fernanda resultó herida gravemente, ambas con disparos en la cabeza por lo que debió ser sometida a ocho operaciones.[3]​ La esposa del capitán, embarazada de cinco meses, resultó ilesa.

María Fernanda Viola relató los hecho:

“Ya estábamos en Ayacucho al 200, entrando a lo de mis abuelos. Mi papá paró el auto y mi mamá se bajó para abrir el portón. Ahí empezaron las estampidas hacia el auto. Fuimos rodeados por 3 coches con hombres del ERP que comenzaron a ametrallarnos. Mi papá, para resguardarnos, se bajó del auto y se alejó, para atraer los disparos hacia él. Empezó a correr hacia una esquina, ya con una herida de bala, y ahí lo remataron con un tiro por la espalda. También mataron a mi hermanita, María Cristina, que tenía tres años. Yo recibí un tiro en la cabeza, una bala que se había colado por la ventanilla. Las esquirlas me dieron en el nervio óptico. Quedé inconsciente. La única persona que salió ilesa fue mi mamá. Yo sobreviví gracias a ella: mi mamá me levantó, yo estaba llena de sangre, pero ella no sabía de dónde me salía... Me palpaba, pero no encontraba el origen de la hemorragia. Un vecino nos llevó al hospital de niños. Ahí, mi madre le movió el pelo a mi hermana bebé y vio que los disparos le habían sacado la mitad de la cara. A mí me hicieron unos estudios preliminares, pero los médicos se dieron cuenta de que necesitaban a un neurólogo, por la gravedad de mis heridas. Y como ahí no había ninguno, me pusieron un suero y un amigo de mi tío me llevó en un Fiat 600, con el suero colgando por la ventanilla, al hospital Padilla, donde me internaron y me pusieron en coma”.[4]

Un parte de guerra atribuido a la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez del ERP describe los hechos de esta manera:

A las 13:13 pasó el objetivo. Se marca la señal y se retira el compañero. Se aproximan el auto operativo y el de apoyo separados 50 a 60 metros; queda el de apoyo semicruzado en la calle cortando el tráfico y apoyando a los otros compañeros. El automóvil operativo se aproxima hasta la misma altura que el objetivo —el auto y sus ocupantes— quedando medio auto adelantado. Situación extraordinaria. Siempre en los chequeos el sujeto descendía, en esta oportunidad la que descendió fue la esposa, quedando él al volante a la espera de guardar el auto en el garaje. Al frenar el automóvil operativo disparan el primer escopetazo que da en el parante delantero izquierdo del parabrisas, el sujeto se agacha en ese momento y los balines dan de rebote a la pibita de tres años que estaba atrás. El compañero de la ametralladora desciende y metiendo el arma por la ventanilla, dispara una ráfaga corta (4) tiros que dan en el sujeto que igualmente desciende, la ametralladora se traba, los disparos le dan a la altura del pulmón izquierdo desde atrás. Al bajarse del auto le disparan el segundo escopetazo que pasa sobre el sujeto -hizo rasante a la altura del capot- sujeto agachado. El sujeto corre hacia calle San Lorenzo. El compañero de la ametralladora dispara con pistola 1 tiro, erra, adelanta y dispara otro que frena al sujeto. Mientras ha descendido el compañero de escopeta y el auto se corrió unos 10 m para adelante, el auto de apoyo se aproxima lentamente. El compañero ametralladorista remata con un tiro en la cabeza, retorna al auto; inmediatamente el compañero de la escopeta le dispara a quemarropa un escopetazo y otro tiro de gracia con un revólver Cal.38. El compañero que maneja el auto de apoyo observa en ese momento que la hija de cinco años corre hacia delante a la altura del automóvil. Observaciones: las heridas de la hija de 5 años no hallan explicación, salió de rebote en los disparos de gracia. Las de la menor, son las del primer escopetazo que se disparó, desviadas al atravesar la chapa. Luego de la ejecución, la retirada se cumple correctamente."[5][6]

A raíz del ataque que le costó la vida a su padre y su hermana, María Fernanda permaneció cuatro meses en coma y debió someterse a ocho operaciones. En 2024, María Fernanda describió las consecuencias físicas que sufrió:

“Me faltan huesos en la cabeza, padezco una disminución visual grande, producto del atentado. La bala toco el nervio óptico, tengo problemas en el campo visual. Me atendí en Tucumán. Dios hizo lo suyo, pero los médicos me salvaron la vida."[4]

El grupo que realizó el ataque estaba al mando de Hugo Irurzun y sus otros integrantes fueron Francisco Antonio Carrizo, José Martín Paz, Rubén Jesús Emperador, Fermín Ángel Nuñez, Miguel Norberto Vivanco y el sueco Svante Grände. La justicia condenó por los homicidios del capitán Viola y de María Cristina, y de la tentativa de homicidio contra María Fernanda a reclusión perpetua a Paz, Emperador, Núñez y Vivanco a finales del año 1976 y a Carrizo a fines del año 1982.[7][8]

Paz, Carrizo, Emperador y Núñez estuvieron detenidos a disposición del Poder Ejecutivo hasta que esa orden fue dejada sin efecto por el decreto secreto 382 del 17 de febrero de 1983.[9]​ En razón de la ley 23070 la reclusión perpetua estaba limitada a un máximo de 20 años y además cada dos días de prisión se computaba como tres por lo que Carrizo, Paz y Emperador quedaron en libertad condicional en diciembre de 1988 y Núñez en julio de 1989. Vivanco había fallecido en 1980.[7]​ Hugo Irurzún resultó muerto el 18 de septiembre de 1980 en Asunción del Paraguay por la policía paraguaya que lo buscaba por su participación en el asesinato de Anastasio Somoza Debayle ocurrido ese día, Svante Grande fue muerto durante su actividad guerrillera -tenía el grado de teniente en el ERP- en el monte tucumano el 17 de diciembre de 1975[10]​ o el 14 de octubre de 1975.[11]​ En ese momento era parte de la compañía guerrillera de montaña llamada "Ramón Rosa Jiménez".[12]​ y Carrizo falleció a fines de 1982.[7]

Algunos de quienes participaron en los asesinatos fueron indemnizados por el Estado argentino como víctimas del accionar de las autoridades dictatoriales, en razón de las leyes dictadas posteriormente. Carrizo con $12.506.637; Emperador con $12.640.603 más otros $ 4.420.352; Núñez con $13.191.339 y Paz con $11.863.513, todos montos actualizados a noviembre de 2020.[13]

María Cristina Picón se volvió a casar y tuvo otra hija, Agustina. Al poco tiempo, comenzó a trabajar en el Colegio Nacional de Tucumán. “Cargo en mis espaldas la mochila del dolor, y enfrenté desde muy joven el duro camino de vivir”, había dicho en uno de los actos en el que se homenajeó a su marido.[3]​ En 2016 formuló una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) buscando que el asesinato de su esposo y su hija sean considerados delitos de lesa humanidad y se reabra la investigación. En junio de 2021 falleció a los 73 años víctima de un infarto.[13]

Declaraciones del PRT

Tras el atentado contra Viola, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, en una declaración pública, calificó la muerte de su hija María Cristina y las heridas a María Fernanda como «un exceso injustificable» y anunció que daba por terminada la campaña.[14]

Homenajes

Al cumplirse 30 años del asesinato la Cámara de Diputados de la Nación Argentina realizó un minuto de silencio en recuerdo del asesinato del capitán Viola y su hija María Cristina Viola.[15]

Cada 1.º de diciembre se hace en Yerba Buena un acto en memoria del capitán Viola y de su hija Cristina con la presencia de autoridades militares y eclesiásticas.[13]

Referencias

  1. «Socios del Círculo Militar Muertos en la guerra contra la subversión». Archivado desde el original el 13 de marzo de 2012. Consultado el 26 de septiembre de 2012. 
  2. Garaño, Santiago (junio 2021). «El caso Viola: una aproximación al funcionamiento de la Justicia en tiempos del Operativo Independencia (Tucumán, Argentina)». Revista: Contemporánea (Universidad de la República de Uruguay. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación). 
  3. a b c Pignatelli, Adrián (1 de diciembre de 2021). «“Los balines dan de rebote a la pibita”: el parte del ERP tras asesinar al capitán Viola y su hija de 3 años». infobae. Consultado el 3 de diciembre de 2021. 
  4. a b La Nación (25 de marzo de 2024). «El caso Viola. El único crimen del que Gorriarán Merlo se mostró arrepentido, aunque lo llamó “error” y “hecho desgraciado”». LA NACION. Consultado el 26 de marzo de 2024. 
  5. Carnovale, Vera (2007): «En la mira perretista: las ejecuciones del “largo brazo de la justicia popular”», Jornada Académica: Partidos armados en la Argentina de los setenta, Centro de Estudios de Historia Política, Escuela de Política y Gobierno, Universidad Nacional de San Martín, página 24 disponible en línea Archivado el 13 de mayo de 2008 en Wayback Machine..
  6. Gassino, Francisco Eduardo (director) (1998). In memorian (1.º edición). Buenos Aires: Círculo Militar. pp. 156-158. ISBN 950-9822-48-5. 
  7. a b c Yofre, Juan Bautista (29 de noviembre de 2020). «El atroz crimen del capitán Humberto Viola y su hija por el ERP y la increíble indemnización que recibieron sus asesinos por parte del Estado». Consultado el 30 de noviembre de 2020. 
  8. http://www.lanacion.com.ar/archivo/nota.asp?nota_id=658990&origen=archivo Recordarán la muerte de Humberto Viola], diario La Nación, 1 de diciembre de 2004.
  9. «decreto S 382». Boletín Oficial 32637 del 13 de mayo de 2013. 17 de febrero de 1983. p. 83. Consultado el 30 de noviembre de 2020. 
  10. «Svante Grande». Consultado el 30 de noviembre de 2020. 
  11. Schottenius, Maria (8 de septiembre de 2014). «Maria Schottenius: Förbjud svenska medborgare att delta i krig i andra länder» [Maria Schottenius: Ban Swedish citizens to participate in wars in other countries]. Dagens Nyheter (en swedish). Consultado el 7 de marzo de 2016. 
  12. Gyllenhaal, Lars; Westberg, Lennart (2015). Svenskar i krig 1945-2015 [Swedes in war 1945-2015] (en sueco). Lund: Historiska media. ISBN 9789175450834. LIBRIS 17853087. 
  13. a b c «Murió María Cristina Picón, viuda del capitán Humberto Viola asesinado junto a su hija durante un atentado del ERP en los 70». Infobae. 18 de junio de 2021. Consultado el 18 de junio de 2021. 
  14. Mattini, Luis (1996): Hombres y mujeres del PRT-ERP. De Tucumán a la Tablada, Buenos Aires: Ed. de la Campana, pág. 3345.
  15. Homenaje de los diputados al Capitán Viola Archivado el 10 de octubre de 2007 en Wayback Machine., diario La Nueva Provincia, 4 de diciembre de 2004.

Enlaces externos