El busto es un acrolito, un compuesto de muchos materiales diferentes, y se atribuye al escultor Damofón, que fue prominente en el Peloponeso a principios del siglo II a. C.[1][2]
Artemisa era adorada junto a Deméter, el titánÁnito, y Despena (‘La Señora’) cuyo nombre permanece desconocido. El historiador Pausanias documentó la vida de Damofón así como el propio templo y sus adeptos religiosos.[3][4][5]
Las excavaciones de 1889 en el Templo de Despena descubrieron la estatua junto con los fragmentos escultóricos de Deméter, Despena y Ánito que la acompañaban, dirigidos por M. Cavvadias. Las esculturas principales del dios y las diosas se depositaron en el Museo Arqueológico Nacional, mientras que los demás hallazgos se colocaron en un museo local de Licosura.[6]
La presencia de una kore de Perséfone junto con las entidades que la acompañan indica un culto ctónico localizado.[7]
Descripción
La altura del busto mide en 48 cm, pero basándonos en los fragmentos de los otros dioses y diosas del Templo de Despena, se estima que las esculturas medían probablemente 5,6 metros y 8,4 metros de ancho. Pausanias señaló que Artemisa estaría de pie junto a la de Despena y Deméter, cuyos fragmentos también residen en el Museo Arqueológico Nacional.[1][8][9]
Como acrolito, Pausanias documentó las esculturas de Damofón y otras piezas dentro del Peloponeso que tenían de mármol las cabezas, manos y pies, pero con el cuerpo de madera.[10]
Artemisa se representaría ataviada con piel de cervatillo y un carcaj, una antorcha en una mano y dos serpientes en la otra. El pelo está peinado en melena y lleva una corona. Hay agujeros en las orejas, que adornarían la estatua con pendientes. Además, los ojos estarían incrustados.[2][8][11]