en Lípari, la iglesia concatedral de San Bartolomé en Santa Lucía del Mela, la iglesia concatedral de Santa María Asunta en Mesina, la concatedral archimandrita del Santísimo Salvador.
La arquidiócesis de Mesina-Lípari-Santa Lucía del Mela (en latín: Archidioecesis Messanensis-Liparensis-Sanctae Luciae) es una sede metropolitana de la Iglesia católica perteneciente a la región eclesiástica Sicilia en Italia. En el 2013 contaba con unos 515.900 bautizados sobre una población de 517.300 habitantes.[1] El actual arzobispo es Giovanni Accolla.
Territorio
La arquidiócesis actual es el resultado de la unión de la arquidiócesis de Mesina, la diócesis de Lípari, la prelatura de Santa Lucía del Mela y el archimandriato del Santísimo Salvador. El territorio comprende la parte oriental de la Provincia de Mesina, formado por un total de 66 comunes (municipios).[2]
El territorio arquidiocesano se extiende sobre unos 1521 km² y se divide en 245 parroquias, agrupadas en 4 zonas pastorales y 16 vicariatos.[1]
I. Zona Pastoral Mesina y aldeas
La primera zona pastoral comprende el territorio del comune de Mesina y se divide en cinco vicariatos:
Vicariatos de Mesina Centro, Mesina Norte, Mesina Sur (Madonna della Lettera)
Vicariato de Galati (San Placido)
Vicariato de Faro (Sant'Eustochia)
II. Zona Pastoral Versante Ionico
La segunda zona pastoral está constituida de cuatro vicariatos:
Desde 1997 la parroquia messinese de Santa Maria del Grafeo es una prelatura "a personam" con propio clero de rito italo-bizantino en el ámbito de la arquidiócesis.
Catedral y concatedrales
La sede episcopal es la ciudad de Mesina, donde se encuentra la basílica catedral protometropolitana de Santa María Asunta. En el territorio diocesano surgen también tres concatedrales:
en Lípari, la iglesia concatedral de San Bartolomé
La actual arquidiócesis es fruto de la unión de cuatro antiguas circunscripciones eclesiásticas: la arquidiócesis de Mesina, la diócesis de Lípari, la prelatura de Santa Lucía de la Mela y el archimandriato del Santísimo Salvador.[2]
Diócesis de Lípari
La isla de Lípari fue habitada por monjes eremitas desde el siglo IV. Según la tradición el primer obispo fue san Agatón, presente en la isla en 264. El primer documento que data la presencia institucional de la Iglesia en Lípari data del siglo V, dedicada a una joven cristiana llamada Proba. El primer obispo documentado es Augusto, presente en dos sínodos romanos del 501 y 502, convocados por el papa Símaco. La diócesis de Lípari hizo parte del patriarcado de Roma hasta el siglo VIII, cuando fue sometida al patriarcado de Constantinopla y hecha sufragánea de Siracusa.[3]
El archipiélago fue sometido por los musulmanes en el siglo VIII y la vida cristiana solo se retomó hasta el siglo XI, cuando el conde normando Rugero, luego de haber conquistados las islas, fundó en Lípari, entre 1072 y 1081, una abadía benedictina, intitulada a san Bartolomé Apóstol. La fundación fue aprobada por el papa Urbano II en 1091. El mismo Rugero fundó en Patti otra abadía, dedicada al Santísimo Salvador. Ambas abadías eran gobernadas por un solo abad, y en cada una de ellas había un prior.[3]
El 14 de septiembre de 1131 el antipapa Anacleto II erigió en obispado las dos abadías, nombrando como obispo al abad Giovanni. En 1139 el papa Inocencio II depuso el obispo e invalidó la erección de la diócesis. En 1157 el papa Eugenio III erigió la diócesis de Patti y Lipari, y nombró como primer obispo a Gilberto. Alejandro II en 1166 sometió las dos diócesis como sufragáneas de la sede metropolitana de Mesina.[3]
En 1206, el territorio de Santa Lucía del Mela fue segregado de la diócesis de Lípari y erigido autónomo. En el siglo XIV, Lípari y Patti pasaron a ser parte de dos entidades políticas diversas, el Reino de Nápoles y el Reino de Sicilia, lo que llevó inevitablemente a la separación de las dos diócesis. En 1399 fue el papa Bonifacio IX quien sancionó la separación. El 29 de noviembre de 1627, la iglesia de Lípari fue sometida inmediatamente a la Santa Sede, mediante el breve Romanus Pontifex del papa Urbano VIII.[3]
En 1844, con motivo de la reorganización de las diócesis de Sicilia, Lípari perdió su independencia y fue nuevamente sometida a la provincia eclesiástica de Mesina. A inicios del noveciento, el obispo Angelo Paino, tuvo que huir de la isla por presiones políticas y gobernar desde Mesina.
Prelatura de Santa Lucía del Mela
En 1206 fue erigida la parroquia de Santa Lucía in plana Milacii, por interés del emperador Federico II, el cual, segregó el territorio parroquial de la diócesis de Lípari y Patti y concedió al párroco el título de «capellán mayor del Reino de Sicilia».
Debido a que los obispos de Lípari y Patti, en varias ocasiones habían reclamado el territorio de Santa Lucía. El soberano confirmó la independencia eclesiástica de la parroquia, en virtud de las prerrogativas propias que le derivaban del privilegio concedido por el papa Urbano II a Rugero en 1098. En el siglo XV el rey Martín confirmó a los prelados de Santa Lucía como parte de la capellanía regia y por lo tanto, exentos de la jurisdicción episcopal. En 1464, en cambio, el virrey de Sicilia concedió al prelado Angelo Staiti la potestad de gobierno con carácter episcopal, sin la obligación de residencia ni de ordenación de obispo. Estas prerrogativas le daban el derecho de sentarse en el parlamento de Sicilia.
Con las reformas introducidas por el Concilio de Trento, a los prelados se les obligó la residencia para que se ocuparan de la cura de almas, establecida por el mismo concilio. El primer prelado residente fue Simone Rao Grimaldi, quien inició la construcción del palacio episcopal y de la iglesia prelaticia. Las obras de la misma fueron terminadas por su sucesor Antonio Franco, a quien se debe la convocación del primer sínodo en 1618.
A partir del siglo XIX los prelados de Santa Lucía perdieron el título de capellanes del Reino. Aun así, el papa Pío IX declaró a Santa Lucía como prelatura territorial inmediatamente sujeta a la Santa Sede.
Luego de la unidad de Italia, la sede de Santa Lucía quedó vacante hasta que en 1901 se nombró un administrador apostólico, en la persona de Francesco Certo. Más tarde a Salvatore Ballo Guercio como obispo en 1920.
Archimandriato del Santísimo Salvador
En el siglo XI fue fundado por el conde Roger de Altavilla el monasterio del Santísimo Salvador, en Mesina, confiado a los monjes basilios de rito bizantino. Roger II lo elevó a la categoría de monasterio archimandrita en 1131, al cual entraron a formar parte 35 iglesias y monasterios, cedidos por el arzobispo de Mesina, Ugo. Dicha jurisdicción se extendió con el tiempo a 62 monasterios en Sicilia y Calabria, por lo que en 1635, el papa Urbano VIII lo erigió en diócesis.
Con la muerte del archimandrita Emmanuele De Gregorio (1839), inició un largo periodo de sede vacante. El papa León XIII, el 31 de agosto de 1883, lo unió a la arquidiócesis de Mesina.
Arquidiócesis de Mesina
Según la tradición, fue el mismo san Pablo quien ordenó el primer obispo de Mesina, san Bacchilo. Sin embargo, las primeras noticias documentadas datan del siglo V. El primer obispo registrado en un documento es Eucarpo I, presente el spinodo romano de 502.[4]
Como todas las diócesis sicilianas, Mesinahizo parte del patriarcado de Roma hasta el siglo VIII, cuando fue sometida al patriarcado de Constantinopla y sujeta a la arquidiócesis de Siracusa. Con la conquista árabe de Sicilia no se tienen más noticias de la organización eclesiástica de las comunidades cristianas en la isla. Sobrevivieron solo algunos monasterios griegos.[5]
Con la reconquista normanda, el conde Roger I, eligió Troina como capital del reino por él creado e instituyó una diócesis en 1082, nombrando como obispo a Roberto. Una vez reconquistada Mesina (1096) la diócesis y capital se trasladó a dicha ciudad. El obispo mantuvo el doble título de Mesina y Troina hasta la época de la reina Constanza de Altavilla.[5]
Roger II tuvo problemas con la Santa Sede, por lo que estuvo a favor del antipapa Anacleto II (1130), el cual erigió Mesina como arquidiócesis. Estas prerrogativas fueron anuladas por el papa Eugenio III en 1159 y sometió la diócesis a la Santa Sede. En 1166, el papa Alejandro III, luego de haber visitado la diócesis, la erigió en sede metropolitana, concediéndole como sufragáneas las diócesis de Cefalù y de Lípari y Patti. Rl 22 de septiembre de 1197 fue consagrada la catedral, en presencia del emperador Enrique VI. Entre 1621 y 1725 se celebraron cinco sínodos diocesanos.[5]
En la primera mitad del 800, Mesina cedió parte de su territorio en favor de la erección de la diócesis de Nicosia (1817) y de la diócesis de Acireale (1844). Cedió además veinticuatro poblaciones a la diócesis de Patti (1827). La provincia eclesiástica recibió como sufragáneas a Nicosia y Lípari, al tiempo que perdía Cefalù en favor de la arquidiócesis de Palermo.[5] En 1883, el papa León XIII unió el archimandriato del Santísimo Salvador a la arquidiócesis.
Arquidiócesis de Mesina-Lípari-Santa Lucía del Mela
El 20 de diciembre de 1976 Ignazio Cannavò, coadjutor del arzobispo de Mesina, fue nombrado prelado de Santa Lucía. El 3 de junio sucesivo se convirtió en arzobispo de Mesina con el título de archimandrita del Santísimo Salvador. Finalmente, el 10 de diciembre de 1977 fue nombrado también obispo de Lípari. A partir de entonces las tres sedes estuvieron unidas in persona episcopi, es decir, gobernadas por un único obispo.
El 30 de septiembre de 1986, con el decreto Instantibus votis, de la Congregación para los Obispos, las dos sedes de Mesina y de Lípari, y la prelatura de Santa Lucía del Mela, fueron unidas con la fórmula plena unión y la circunscripción eclesiástica asumió el nombre actual. Además ha sido establecido que al arzobispo pro tempore reciba también el título de archimandrita del Santísimo Salvador.[6]