Según Antonio Palomino, quien había llegado a conocerlo y le daba tratamiento de licenciado, fue sacerdote «de muy suficiente literatura, y virtud, muy modesto, y de linda persona, y habilidad señalada en el arte de la Pintura, dorado, y estofado».[1] Como pintor alcanzó crédito en Córdoba donde, al frente del taller paterno, se hizo cargo de la ornamentación completa de los muchos retablos que, según Palomino, se le encargaron en la ciudad y fuera de ella, de los que citaba el retablo mayor del abandonado convento de Regina Coeli, de madres dominicas, y un retablo a los pies de la nave de la iglesia del Hospital de la Caridad, actual Museo de Bellas Artes. Aquí se le atribuyen dos lienzos de las santas Inés y Catalina de Alejandría, vestidas a la moda de la época conforme a modelos zurbaranescos.
Palomino, Antonio (1988). El museo pictórico y escala óptica III. El parnaso español pintoresco laureado. Madrid: Aguilar S.A. de Ediciones. ISBN 84-03-88005-7.
Raya Raya, Mª Ángeles (1986). Córdoba y su pintura religiosa (s. XIV-XVIII). Córdoba: Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. ISBN 84-7580-225-0.