Qué era entonces «moderno» y qué «tradicional» no coincide con la percepción actual, mediada por la historiografía y la crítica de arte, que nacieron con una explícita perspectiva «clasicista»; en cambio, para los artistas y tratadistas españoles de comienzos del siglo XVI, el estilo «moderno» era el plateresco, mientras que las formas renacentistas eran las «antiguas» o «del romano» (Diego de Sagredo, Las Medidas del Romano, 1526).[10][11]
En la cronología delimitada como "Alto Renacimiento" se pueden identificar al menos tres estilos diferenciados en la arquitectura española, con fases evolutivas dentro de cada uno de ellos. La mayor parte de los arquitectos españoles de la época tienen parte de su obra asociada a varios de estos estilos o fases.
Retablo mayor de la cartuja de Miraflores, de concepción tardogótica o hispano-flamenca.
Retablo mayor de la catedral de Toledo, donde la estructura gótica acoge una imaginería con unas formas más propias del Renacimiento.
Retablo mayor de la capilla del Condestable, de Felipe Bigarny y Diego de Siloé (desde 1522). En la misma capilla hay dos retablos laterales, el de San Pedro (de Gil y Diego de Siloé) y el de Santa Ana (de Bigarny y Diego de Siloé).
Fernando el Católico, orante, de Felipe Bigarny, en la capilla real de Granada.
Sepulcro de los Reyes Católicos, y de Juana la Loca y Felipe I el Hermoso, de Domenico Fancelli y Bartolomé Ordóñez, respectivamente, en la capilla real de Granada.
Cierta influencia italiana prerrenacentista es visible en Jaime Huguet, mientras que el Quattrocento influyó en los Osona.
Pedro Berruguete viajó a Italia, donde realizó una parte importante de su producción artística, aunque retuvo elementos flamencos. La misma conjunción de influencias se percibe en Alejo Fernández.
↑ abcdefgAntonio Fernández y Juan Haro, Historia del Arte, Vicens Vives, pgs. 251 y ss. Cita como fuentes a: Fernando Chueca Goitia, Arquitectura del siglo XVI, en Ars Hispaniae, tomo XI, 1953; José María Azcárate Ristori, Escultura del siglo XVI, en Ars Hispaniae, tomo XIIII, 1958; Diego Angulo, Pintura del Renacimiento, en Ars Hispaniae, tomo XII, 1954, Manuel Gómez Moreno, Las águilas del Renacimiento español, CSIC, 1941; Fernando Checa,Pintura y escultura del Renacimiento en España, 1450-1600, Cátedra, 1983.
↑La bibliografía no utiliza de forma unívoca estas etiquetas; por ejemplo, José Camón Aznar utiliza la expresión "Alto Renacimiento" para la segunda mitad del siglo XVI (lo que más habitualmente se entiende como "Bajo Renacimiento español"): Los santos aparecen dispuestos por parejas, según fórmula del Alto Renacimiento. En España se encuentran los antecedentes de esta agrupación en los pintores y en los escultores romanistas. Así se hallan en los altares del Escorial, en los retablos de Esteban Jordán, y de una manera constante en Ancheta. Dominico Greco, Espasa-Calpe, 1950, pg. 524). Aquí, Francisco Gil Tovar invierte la cronología de "alto" y "bajo" Renacimiento: Pueden señalarse como los dos maestros más importantes del primer cuarto de siglo a Bartolomé Ordóñez y Diego de Siloé. Ellos suponen la transición del bajo al alto Renacimiento, es decir, el abandono del estilo cuatrocentista y la influencia de los conceptos de Miguel Ángel (Historia del arte e iniciación al conocimiento de los estilos: arquitectura, escultura, pintura, Compañía Bibliográfica Española, 1965, pg. 208).