Tres sketches donde triunfa el optimismo: un director de televisión que consigue una nueva madre para sus hijos, una pareja de artistas veteranos enfrenta una crisis sentimental y un lustrador cuyo padre es alcohólico lucha por educar a su hermano menor.
”Demuestra el atraso sn que se debate el cine argentino….en lo que hace a sus ideas y criterios de producción…¡Esto es alegría! no es cine ni alegría. Es una tristeza”.
Por su parte, Manrupe y Portela escriben:
”Archisentimental tríptico de Carreras en el que se destaca el episodio de Tita Merello y una única, curiosa e interesante incursión de Balá en lo trágicómico”.